lunes, 15 de julio de 2013

CUADROS CANCER CUELLO UTERINO

Fertilidad y el cáncer de cuello uterino.

04 de Julio 2013

Fertilidad en mujeres con cáncer al útero es posible

Cuando el cáncer es invasor la alternativa que tenían las mujeres para su curación era la extirpación completa del útero, perdiendo así su capacidad de concebir un hijo.

“Se ha observado una postergación de la maternidad por cuestiones personales o sociales, y la mujer tiene más posibilidades de padecer un cáncer de cuello de útero, enfermedad que cada vez aparece en edades más tempranas, entre los 30 y 40 años, incluso menos”, dijo Lucía Rodich, médico cirujana, especialista en ginecología oncológica en el programa Salud en RPP.

En los años 90, un grupo de profesionales publica una técnica quirúrgica donde sólo se extirpa el cuello del útero y los tejidos vecinos a el (por donde habitualmente se disemina la enfermedad), además de extraer los ganglios. 

Esta técnica permitía preservar el cuerpo uterino para un futuro embarazo y a principios de este siglo se publican embarazos logrados por estas pacientes.

La cirugía, iniciada por el doctor Dargent en Francia, era realizada por vía vaginal, pero la doctora Rodich propuso  realizar la misma abriendo el abdomen y conservando además, luego de un delicado trabajo, la principal arteria que alimenta el útero: La arteria uterina. De esta manera  preservamos la mayor irrigación  al cuerpo uterino para un futuro embarazo.

Este tipo de cirugía no es para todos los casos, de hecho para poder ofrecerlo a una paciente el tumor no debe superar los 2,5 cm, ni haberse diseminado a los ganglios, por ello durante el procedimiento se analiza los ganglios de la pelvis.

“Es importante la precaución o detección temprana del cáncer de cuello uterino para reducir el impacto del cáncer en la mujer y si fertilidad. La detección precoz facilita la curación del cáncer así como la posibilidad de acceder a estos tratamientos”, aseguró la especialista.

¿Cómo prevenir el cáncer de cuello uterino?
•    Realizarse anualmente el examen de papanicolau
•    Aplicarse las vacunas contra el virus del papiloma humano
•    Evite la promiscuidad con sexo seguro, utilizando condones
•    Evite fumar.

Estadísticas cáncer de cuello uterino 2013.

07 de Julio 2013.

Cáncer de Mama y cuello uterino: 8 mil nuevos casos de cáncer se registran al año

Más de 8 mil nuevos casos de cáncer de mama y cuello uterino son detectados cada año en el Perú y el  40% de ellos, es diagnosticado en fases avanzadas.
Así lo advirtió la presidenta ejecutiva de Essalud, Virginia Baffigo quien precisó que Essalud atiende y brinda tratamiento a más del 70% de los cánceres en el Perú, teniendo a la neoplasia de mama como la primera causa de muerte entre sus aseguradas y  la de cuello uterino, como la segunda.
“Es lamentable que anualmente mueran 4 mil mujeres como consecuencia de estas neoplasias”, precisó la titular de Essalud durante la Megaferia  “cuídate bien, para querer bien” en San Juan de Lurigancho.
En ese sentido, invocó a la población a realizase anualmente los chequeos que sean necesarios para prevenir enfermedades que tratadas a tiempo, tienen un mejor manejo.
Durante su recorrido por los diversos stands, Baffigo  sostuvo que la institución considera prioritario desarrollar campañas de sensibilización e información, ya que una detección temprana puede disminuir notablemente la incidencia y mortalidad de estas neoplasias.
 

lunes, 10 de junio de 2013

VIDEO-Campaña de Prevención de Cáncer de Cuello Uterino

HISTORIA DEL CÁNCER DE CUELLO UTERINO

HISTORIA DEL CÁNCER DE CUELLO UTERINO


El cáncer de cuello uterino o cervical, es un problema de salud mundial para todas las mujeres debido al alarmante número que ha sido víctima de esta enfermedad que además ha cobrado muchas vidas. Durante siglos, la causa del cáncer de cuello uterino era desconocida. No fue sino hasta el siglo XX que los científicos entendieron que la enfermedad era causada por la exposición al virus del papiloma humano (VPH). Las vacunas contra algunas formas del virus están ampliamente disponibles, pero en la mayor parte de la historia, las causas del cáncer de cuello uterino fueron totalmente malinterpretadas.


REFERENCIAS CLÁSICAS:
La enfermedad ha sido conocida desde la antigüedad. En el año 400 a.C, el médico griego Hipócrates escribió acerca de la enfermedad e incluso intentó tratar el cáncer con un procedimiento conocido como la traquelectomía,   aunque se encontró con que nada  erradicaba por completo el cáncer. Este procedimiento, fue utilizado más tarde por un breve período en la década de 1940, implica la extirpación del cuello uterino y la vinculación directa del canal vaginal hacia el útero.
TEORÍAS ERRÓNEAS DE LA CAUSALIDAD:
Durante siglos, los médicos estaban confundidos en cuanto a la causa del cáncer cervical.

La primera teoría saltó a la fama en 1842 en Florencia, cuando haciendo un estudio sobre las muertes por cáncer, el profesor Domenico Rigoni-Stern detectó una curiosa diferencia entre las monjas y las mujeres casadas de la localidad. Mientras las primeras tenían mayores tasas de cáncer de mama, las mujeres desposadas sufrían con más frecuencia el de cuello de uterino. No andaba lejos de la verdad el pionero italiano cuando se atrevió a aventurar la posibilidad de que el cáncer de cérvix tuviese algo que ver con las relaciones sexuales que mantenían las casadas y no las novicias. De estas últimas, dijo, que eran víctimas a su vez de los apretados corsés que vestían debajo del hábito y a los que él culpaba de los tumores mamarios. En eso sí se equivocó.

En 1950, los médicos estaban convencidos de que el cáncer de cuello uterino era causado por la circuncisión y la suciedad acumulada en el prepucio en los hombres y en los labios menores en las mujeres (esmegma).

En 1970, la idea que prevalece en América y además  el cáncer de cuello de uterino es relacionado con el herpes, idea que también resultó incorrecta.

Además de todas estas hipótesis surgieron otras como el bajo consumo de sal a través de los productos del cerdo que protegería a las mujeres judías, o incluso a un castigo divino contra la promiscuidad sexual.

PRIMEROS AVANCES

CUERNOS MISTERIOSOS!
Aunque la mayoría de los médicos estaban completamente en la oscuridad en cuanto a  la comprensión del cáncer de cuello uterino, un médico tuvo un avance que provino de una fuente poco probable.
En 1930, otro curioso hecho llamó la atención del doctor Richard Shope, de la Universidad de Rockefeller (EEUU). En una visita al campo con un amigo cazador, Shope oyó hablar por primera vez de las liebres con cuernos, una rareza que le puso sobre la pista de la relación de este cáncer con un virus.
Las astas que adornaban la cabeza de algunas liebres eran en realidad enormes verrugas causadas por un virus, tal y como pudo comprobar Shope después de molerlas, filtrarlas en una vajilla de porcelana y obtener minúsculas partículas con las que infectó a otros ejemplares sanos. Estas liebres sanas también desarrollaron la protuberancia en su cabeza tras el contagio y el experimento apuntaló la teoría vírica. Una idea que no volvió a retomar con éxito otro investigador hasta la década de los setenta.
Mientras tanto, y coincidiendo con la creación del Estado de Israel en la década de los cincuenta, los epidemiólogos se preguntaban por qué entre las mujeres judías había menos casos de cáncer de cuello de útero que entre las féminas de otras religiones. Y aunque al principio se pensó que la circuncisión de sus maridos lograba protegerlaspronto se desechó la idea al comprobar que entre las musulmanas, con maridos igualmente circuncidados, las tasas de cáncer eran mucho más elevadas.

El factor religioso volvió a aparecer en esta historia de palos de ciego cuando se apuntó la posibilidad de que la abstinencia sexual durante la menstruación protegiese a las mujeres ortodoxas de este cáncer. Como ocurrió en el caso de las judías, poco a poco, el cerco de las sospechas sobre los posibles factores de riesgo fue cerrándose en torno a la pobreza y a la existencia de múltiples compañeros de cama.

VERRUGAS DE VACA
Harald Zur Hausen retomó la idea de los virus en 1970 a partir de los estudios con liebres, y en 1980 gracias a los avances en la tecnología del ADN, fue capaz de demostrar que el misterioso virus era el del PAPILOMA HUMANO, además de eso,  logró aislar dos cepas de este virus, de las que hoy se sabe que están implicadas en el 70% de los tumores de cuello del útero. Con la causa del cáncer de cuello uterino finalmente entendió que se podía emprender la búsqueda de hallar mejores tratamientos y vacunas.
Sin embargo, pronto surgió un nuevo obstáculo en el camino hasta la vacuna: las verrugas genitales que sufrían las mujeres contenían muy poca cantidad del virus, insuficiente a todas luces para investigar.
Para solventar este reto, un trío de investigadores de la Universidad de Rochester (EEUU) buscó ayuda en las vacas. Con la colaboración de veterinarios de la zona, William Bonnez y su equipo recogieron muestras de verrugas bovinas, que gracias a su tamaño similar a una naranja les permitió obtener suficiente cantidad del virus.
Sin embargo, para que sus trabajos diesen frutos, los científicos se dieron cuenta que no era suficiente con las muestras bovinas del virus y aprendieron a cultivar la versión humana del papiloma en el laboratorio. Para ello, y dirigidos por Robert Rose, de la misma universidad, infectaron muestras de prepucios desechados durante las operaciones de circuncisión con virus procedentes de verrugas genitales humanas.
El injerto resultante fue trasplantado en ratones de laboratorio incapaces de rechazar el tejido extraño y, esta vez sí, los quistes resultantes contenían suficiente cantidad de papilomavirus de origen humano.

UNA LUZ DE ESPERANZA…
En el 2006, la vacuna Gardasil fue aprobada por los Estados Unidos, como factor de prevención del cáncer del cuello uterino. Esta vacuna es eficaz contra cuatro cepas del Virs del Papiloma Humano (VPH) diferentes. Dos de ellas, la 16 y la 18, son responsables del 70% de los tumores en el cuello uterino; mientras que los otros dos (de los tipos 6 y 11) causan el 90% de las verrugas genitales. La terapia requiere tres dosis de la vacuna en un plazo de seis meses, aunque existen aún dudas sobre cuánto tiempo dura su protección a largo plazo y si serán necesarias dosis de recuerdo a lo largo de los años.
En mayo de 2007, en Australia la vacuna Cervarix, recibió la aprobación para mujeres entre los 10 y 45 años. La vacuna está diseñada para prevenir únicamente la infección de las cepas 16 y 18 del Virus del Papiloma Humano, causantes de cerca del 70% de los casos de cáncer cervical relacionados con el Virus del Papiloma Humano.
En la actualidad ambas vacunas están aprobadas en más de 110 países.